¿Qué es una amortización?
Dentro de la amortización existen cuatro elementos básicos que deben tomarse en cuenta, estos son:
- Vida útil: Es el número de años que se va a considerar.
- Valor residual: Es el valor del bien al final de su vida útil.
- Base de amortización: Diferencia entre valor de adquisición y valor residual
- Tipo: Será el criterio empleado a la hora de establecerla (cuota, desgaste).
Estos elementos ayudan a que un activo se encuentre dentro de la disminución o pérdida de valor a lo largo del tiempo, mientras que para un pasivo se refiere a la disminución del crédito, de la deuda.
Entre la amortización de los pasivos, esto indica la capacidad de reintegro de un préstamo, relativo al capital del mismo, no incluyendo los intereses. Dentro de la amortización a su vez, existen diversos tipos los cuales definiremos a continuación:
- Amortización de deuda
Se define como cualquier pago total o parcial de una deuda. Este normalmente cubre primero los intereses devengados y la cantidad restante se dedica a amortizar el principal. Este tipo de amortización se puede hacer en un solo pago final o en plazos que pueden ser iguales y periódicos, crecientes o decrecientes. Los principales sistemas de cálculo de cuotas son el francés, el alemán y por renta actualizada.
- Amortización de gastos
Se le conoce como la imputación contable que permite diferir durante el tiempo el impacto de determinados gastos, incluyéndolos en el activo del balance, para repercutirlos a lo largo de una serie de ejercicios. Dentro de una franquicia comercial este suele darse como tratamiento a los gastos necesarios para realizar estudios sobre el área de exclusiva o sobre la formación del franquiciado y su personal.
- Amortización de inversión
Involucra un período de tiempo donde los recursos generados por la empresa cubren los desembolsos iniciales y sucesivos. Dentro de este caso el franquiciado, es un dato que hay que contrastar con el período de vigencia del Contrato de Franquicia, ya que este deberá tener una duración tal que permita no sólo la amortización de las inversiones realizadas, sino también la obtención de una rentabilidad suficiente.